Moscú abrirá las puertas al primer café con chigüiros

A partir de septiembre, los amantes de los capibaras tendrán un nuevo destino en Moscú. Una cafetería ubicada en la icónica calle Nuevo Arbat abrirá sus puertas, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de disfrutar de una taza de café mientras interactúan con capibaras peruanos. Esta nueva propuesta promete convertirse en una atracción popular, pero también ha suscitado preocupaciones sobre el bienestar de los animales involucrados.

Los capibaras, chigüiros o carpinchos conocidos como el roedor más grande del mundo, son originarios de las orillas de los pantanos, lagos y ríos tropicales de Sudamérica. Estos animales, perfectamente adaptados a la vida acuática, pueden llegar a medir más de medio metro de altura y pesar hasta 65 kg. En su hábitat natural, que abarca desde Colombia hasta Argentina, los capibaras llevan una vida gregaria y se alimentan de plantas, viviendo en estrecha relación con el agua, donde encuentran refugio y seguridad.

Sin embargo, a pesar de la emoción que genera este concepto, organizaciones como Wild Welfare y World Animal Protection han expresado serias preocupaciones sobre el bienestar de los capibaras en este tipo de establecimientos. Estas organizaciones han señalado que los "cafés de animales", que se han popularizado en países como Japón, a menudo operan bajo condiciones que no son adecuadas para las especies involucradas. En Japón, por ejemplo, se ha documentado que muchos de estos cafés mantienen a los animales en jaulas pequeñas, sin acceso adecuado a luz natural, lo que provoca signos de estrés y trauma en los animales.

Además, estas prácticas podrían estar vinculadas al tráfico ilegal de fauna, uno de los negocios ilícitos más lucrativos del mundo, generando ingresos anuales de aproximadamente 23 billones de dólares, según datos de la ONU. Este comercio ilegal, que incluye la explotación de animales salvajes, plantea serios desafíos éticos y de conservación.

Aunque el nuevo café en Moscú podría ofrecer una experiencia única para los visitantes, es esencial que se consideren las implicaciones éticas y se garantice el bienestar de los chigüiros. La atracción que generan estos animales no debe superar la responsabilidad de cuidarlos adecuadamente y respetar sus necesidades naturales. La discusión sobre este tema pone en evidencia la creciente preocupación por el bienestar animal en un mundo cada vez más consciente de los derechos de todas las especies.