El padre Mauricio Momplaisir es considerado pionero del periodismo de Villavicencio
El 9 de febrero de 1971 se publicó en La Nueva Granada, (actualmente Colombia) el primer periódico impreso en el país. Debido al nacimiento del Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá nació la Ley 51 del 18 de diciembre de 1975 que ratificó la celebración del Día del Periodista Profesional cada 9 de febrero.
En el año 2004 con la ley 918 se anunció que el 04 de agosto sería la nueva fecha para la celebración del Día del Periodista en homenaje a Antonio Nariño, prócer considerado el primer periodista político del país.
A pesar del cambio de fecha hoy es el día ideal para reconocer la extraordinaria labor que lideran los periodistas, por eso We Love Villavo recuerda a Luís María Mauricio Dières Momplaisir, considerado el pionero del periodismo de Villavicencio por sus innumerables aportes.
El padre Monplaisir
El padre Mauricio Diéres Monplaisir fue un hombre de origen francés que llegó a Villavicencio en 1906 y desde que pisó tierra llanera trabajó por el municipio de tal forma que fue considerado el actor principal del progreso en el campo social, en las artes y en las letras, así como el eje de la cultura y la religión.
Había estudiado en el Seminario de los Padres Montfortianos y años después en Roma, realizó el doctorado en Sagrada Teología. Para las misiones que realizaron los monfortianos a Colombia en 1906 llegó a Villavicencio junto con José María Guiot, entonces primer Vicario Apostólico Mons.
Fue Inspector Escolar Local, ocupando la responsabilidad y cuidado de la educación pública. Debido al escaso personal docente solicitó insistentemente a la Comunidad de las Hijas de la Sabiduría, en Francia, y fueron ellas quienes estuvieron a cargo de las escuelas de Villavicencio, Medina, San Martín, Calvario y San Juanito.
Creó el “Patronato San José”, una especie de escuela que funcionaba en un salón de la casa cural, donde los habitantes aprendían gratuitamente sobre diferentes oficios, desde carpintería hasta joyería.
Estableció el primer teatro de Villavicencio, llamado El Verdún. Allí se proyectaban tres veces por semana los noticieros de la guerra mundial, películas de catecismo y obras de comedia literaria.
También ayudó en la construcción, posicionamiento y mejoramiento del Hospital Monfort , el primer banco que era una caja de ahorros y la banda Santa Cecilia.
Su legado en el periodismo
Fundó su propio periódico que llamó “Eco de Oriente” que según escribió el monseñor Gregorio Garavito Jimenez “recorrió todo el suelo patrio y, desbordando sus fronteras, se paseó a sus anchas en Europa”.
“Dada la aceptación que se captó desde el primer momento y el prestigio que alcanzó en poco tiempo, el Obispo, Monseñor José María Guiot, importó de Francia una imprenta, de medio pliego, con lo cual no solo adquirió una importancia suma, sino que se convirtió bien pronto en un renglón más del aprendizaje, a la par que una fuente de trabajo para sus muchachos del Patronato San José”, explicó Gregorio Garavito.
Desde el periódico propuso sus ideas progresistas como la construcción del ferrocarril de los llanos, de caminos, puentes y carreteras y la aviación a los llanos para reducir la enorme distancia que en ese momento había entre Villavicencio y Bogotá, debido a las condiciones de la vía.
En Eco Oriente manejaba variedad de temas, perteneciente a todos los géneros; teológicos, morales, históricos, derecho, políticos y por supuesto, religiosos. Fueron 39 gruesos volúmenes que narran la historia de Villavicencio hasta 1950.
Obras
En 1924 se publicó en la Imprenta del Patronato de San José “20 años de labores de Compañía de María en los Llanos Orientales”. Se puede considerar como la primera edición del libro escrito por el Mauricio: “25 años en los llanos de San Martín”.
En 1940, escribió la vida del “Beato Luis María Grignión de Montfort” con ocasión del segundo Congreso Mariano celebrado en Bogotá en 1942.
Con ocasión de la celebración del centenario de la fundación de Villavicencio, el 20 de diciembre de 1942, en la Imprenta San José del Vicariato, editó el Padre Monplaisir su canto de cisne: “Lo que nos contó el Abuelito”, para felicitar, ensalzar y alabar a las familias raizales de los fundadores, pintar y conservar sus tradiciones, usos y costumbres, etc.