Cacaoteros del Meta exportan 7,5 toneladas de cacao de alta calidad a Alemania
En el corazón del Meta, donde la tierra es generosa y los sueños crecen bajo el sol, un grupo de campesinos ha hecho historia. Desde los verdes paisajes de Granada, El Castillo, Cubarral, El Dorado y Guamal, surge un cacao que, más allá de su sabor, lleva consigo el esfuerzo, la tradición y la esperanza de 150 familias campesinas.
El pasado mes, una carga especial partió desde el centro de acopio en Guamal con destino a Alemania: 7,5 toneladas de cacao metense cuidadosamente procesado y empacado, lista para deleitar los paladares europeos. Este grano, cultivado con pasión y profesionalismo, no es cualquier cacao; es un embajador de la región, un testimonio del talento y la dedicación de quienes trabajan la tierra.
La travesía del cacao comienza mucho antes de llegar a los mercados internacionales. En las centrales de beneficio construidas gracias al programa ‘Agroemprende Cacao’, los granos pasan por procesos de fermentación y secado, pasos esenciales para resaltar sus notas únicas de sabor y aroma. Cada grano cuenta una historia, y la de este cacao es de superación: detrás de su calidad está el apoyo técnico, la capacitación constante y la unión comunitaria impulsados por este programa financiado por Ecopetrol, Repsol y el Gobierno de Canadá, y ejecutado por Socodevi.
Pero el cacao del Meta no solo se conforma con viajar a Alemania. También ha conquistado países como Bélgica e Italia, donde es codiciado por chefs y chocolateros. Incluso, ha brillado en competencias internacionales como el ‘Cocoa of Excellence’, donde una muestra del Meta se alzó con el premio oro, un reconocimiento que puso el nombre del departamento en el mapa del cacao mundial.
Este logro no es solo económico; es una revolución social. Las familias campesinas que participan en ‘Agroemprende Cacao’ no solo producen cacao: construyen un futuro. El programa fomenta la igualdad de género, el cuidado del medio ambiente y el fortalecimiento de las capacidades comerciales y técnicas, todo mientras transforma comunidades enteras.
En el Meta, el cacao se ha convertido en más que un cultivo: es un símbolo de resiliencia y esperanza. Hoy, cada grano que llega a Alemania lleva consigo el eco de las risas en los cultivos, el aroma de la tierra mojada y el orgullo de una región que, con esfuerzo colectivo, está cambiando su destino.
