Amy Monserrat Saldaña Cano se corona doble campeona de BMX en Chile
- We Love Villavo
- 8 abr
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Cada tarde, mientras el sol cae sobre la ciudad y muchos niños descansan después del colegio, Amy Monserrat Saldaña Cano se alista para otra jornada de esfuerzo. Tiene solo 12 años, aunque ya cuenta los días para cumplir 13 en julio y una determinación que supera con creces su edad. Mientras adelanta tareas escolares para no quedarse atrás, también entrena con disciplina para alcanzar su mayor sueño: ser campeona mundial de BMX.
Este fin de semana en Chillán, Chile, Amy se enfrentó a uno de los mayores retos de su corta pero intensa carrera. El sábado, en la Copa Americana, se coronó campeona en la categoría Crucero. Y el domingo, en la Copa Latinoamericana, volvió a hacer historia: primera en Damas Cruceros 13-16 años y séptima en Damas 13 años.
Competir en dos categorías no es tarea sencilla. “Corría como diez veces entre las dos, mientras otras solo competían en una”, cuenta Amy, con orgullo en la voz. “Tenía apenas diez minutos de descanso entre carrera y carrera. Pero eso no me detuvo”. El resultado: dos podios, piernas cansadas, y un corazón lleno de satisfacción.
El camino hasta Chillán no ha sido fácil. Durante seis meses entrenó sin pista, ya que la de su ciudad Villavicencio estuvo cerrada. En su lugar, plano y gimnasio. Ni la falta de infraestructura ni las dudas personales lograron detenerla. “No creía en mi potencial porque no podía entrenar como antes. Pero hubo personas que sí creyeron en mí, y gracias a ellas volví a creer. Eso me hizo mejor”, dice.
Amy empezó a montar bicicleta cuando tenía seis años, pero una complicación de salud la obligó a detenerse. A los ocho y medio volvió, impulsada por la pasión y la adrenalina que el BMX le hace sentir. “Me encanta correr, me encanta sentir que puedo ir más allá”, confiesa. Su primer referente fue su primo, aunque hoy su meta está clara: superar a la mismísima Mariana Pajón.

No todo ha sido fácil en la pista, ni fuera de ella. Recuerda una anécdota que le cambió la forma de competir. “En un nacional en Ibagué iba de primera… y me esperé. Después de eso entendí que podía superarme a mí misma, que todo estaba en la mente. Desde entonces, mi mayor reto ha sido vencer mis pensamientos e inseguridades”.
A pesar de su corta edad, Amy es ejemplo de disciplina. Estudia, toca violín y compite a nivel internacional. “Mis profesores me dan tiempo para adelantarme, así que todas las tardes las dedico a estudiar y entrenar”. Porque para ella, no hay sacrificio cuando se trata de perseguir sus sueños.
La pista de Chillán fue extrema: frío por la mañana, calor por la tarde. Cansancio físico, presión emocional. Pero Amy resistió. Lo hizo por ella, por lo que ama, por lo que cree.
“Me sentí muy orgullosa del título. Es un paso más hacia el Mundial. Y a nivel personal, me demuestra que puedo lograr lo que me proponga”.
Y a otros niños y niñas que sueñan con llegar lejos, les deja un mensaje claro:
“Nunca dejen de soñar. Visualícense. Soñar es lo más bonito. Superarse no es un camino fácil, pero con dedicación todo se puede lograr”.
Amy no necesita promesas de futuro. Ella ya es presente. Es el ejemplo de que la pasión, cuando se mezcla con disciplina, puede convertir a una niña en campeona, y a una bicicleta en alas. #AmySaldañaOrgulloLlanero