Paz sin impunidad
Pensar en la impunidad, nos remite inmediatamente a la consecuencia que debe pesar sobre el victimario, pero así mismo, la compensación que debe recibir la víctima por haber sido perjudicado en su vida y el goce de sus derechos. De esta doble transacción se desprende el sentir de la Justicia.
El conflicto armado entre el Estado Colombiano y las FARC está a punto de llegar a su fin. La firma de los Acuerdos de la Habana está programada para el 26 de septiembre, y en un acto democrático que busca legitimar este ejercicio de negociación entre dos partes, antagonistas desde hace más de 50 años, el 2 de octubre el pueblo participará de un Plebiscito que le dirá Sí o No a los Acuerdos.
Es la Justicia uno de los temas más espinosos que se tratan en el camino al Plebiscito; bajo la preocupación de que las víctimas no sean reparadas y que los victimarios no reconozcan su responsabilidad, se han creado y consignado en dichos Acuerdos unos mecanismos que componen el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición y que busca por medio de una Justicia Especial para la Paz, garantizar la Verdad, los Derechos Humanos y la Reparación a las víctimas por parte de sus victimarios, buscando a futuro, evitar que la tragedia de la guerra no afecte a generaciones futuras y dignifique las presentes.
Justicia Retributiva piden los opositores, es decir “ojo por ojo” y cárcel para los responsables, mientras que la paz se cimienta bajo la Justicia Restaurativa, en el que las víctimas sean reparadas y los victimarios participen de testimonios para reconocer la verdad, pidan perdón y sean parte de proyectos que garanticen la vida digna de sus víctimas en un ejercicio de reconciliación.
Parece ser que, mucho antes del 2 de octubre, los victimarios se le han ido adelantando a este Sistema. El día sábado, las FARC en un acto de reconciliación han pedido perdón a los familiares de los 12 diputados del Valle por ellos asesinados, y en su agenda se contempla la visita a Bojayá, las víctimas del Nogal y demás; mientras que el 15 de septiembre, en boca de Juan Manuel Santos, Presidente de la República, se reconoció y pidió perdón por la persecución que exterminó al partido Unión Patriótica y de la que hizo parte el Estado.
Las partes de la mesa han tomado la iniciativa, encabezan la verdad, el perdón y el compromiso de no repetición, y sus víctimas se han pronunciado, aceptan el acto de perdón y en un gesto de reconciliación admiten enterrar a los suyos, despedirlos… y su voz ha sido representativa en favor del Sí a los Acuerdos.
Entonces, cabe preguntarse, ¿quién ha estado arrebatando la voz de las víctimas y se atreve hablar por ellos para pedir Justicia? Por respeto a las mismas, dejemos que sean ellas las que hablen de su dolor y decidan, si esta Paz les garantiza la No Impunidad.