“Un regalo de agua” para Villavicencio.
Estos atractivos murales, que han venido apareciendo en distintas zonas de Villavicencio, son el producto del trabajo en equipo del colectivo artístico 467.
El grupo se crea en la época de mayo del 2014, con ayuda de la gestión de Héctor Ramírez, quien es curador de salones de arte en la Alcaldía de Villavicencio. Al principio eran doce artistas, algunos con experiencia empírica en murales u otros con experiencia académica, pero todos muy buenos dibujantes.
Esta última habilidad es una de los requisitos que hay que cumplir para ser elegido como parte del colectivo. El otro requisito es ser una buena persona, tranquila, amable, con carácter ciudadano y humano. Con estos dos elementos el arte puede enfrentarse al concreto enorme que tienen las ciudades y dejar una obra admirable en las fachadas.
El nombre del grupo está inspirado en la altitud que tiene la ciudad sobre el nivel del mar, y fue escogido para enfocar el concepto hacia lo urbano y resaltarlo a través de los estilos de los artistas, por esto mismo, el colectivo incluye personas experimentadas y jóvenes talentosos, como graffiteros que suelen trabajar más con los paisajes de la calle.
Y a pesar de que este equipo trabaja con el marco de la estrategia comunicativa llamada “Villavo, aquí está el llano”, sus diseños no son encargos enviados por la Alcaldía. Sino que son propuestas de los artistas, basadas en ese concepto de resaltar la ciudad y manifestar en ella todo el folclor y la mitología llanera que encierra esta región.
Actualmente el colectivo cuenta con 30 artistas y ya han realizado seis murales alrededor de la ciudad; algunos de ellos están ubicados en los Puentes de Postobón, de la Séptima Brigada, e incluso hay unos en la Vereda del Carmen y por el barrio Maracos.
Para escoger las imágenes que se van a pintar, primero debe haber un marco curatorial, el cual define la temática principal, luego los artistas hacen sus propuestas plásticas, se discute cuál es la más viable y después sólo resta asignar los espacios en que cada artista comenzará a dibujar su parte de la obra.
En este caso, el director creativo de la propuesta elegida fue Diego Gutiérrez, quien manejo el tema regional a través de la vectorización para que fuese de lecturas más rápidas y urbanas.
La primera sección les tomó 36 horas pintarla totalmente. En la segunda tardaron alrededor de 30 horas para darle el trazo final. Tienen planeado hacer otro mural, para la próxima alcaldía, llamado Espacios de Paz, el cual será pintado en las culatas de las casas que quedaron en el sector del parque de la cruz.
Los objetivos del colectivo son claros. Ellos, con la ayuda de sus obras artísticas, esperan que la región se reconozca como cultura colombiana, que se genere identidad regional, recuperación de la imagen y del pensamiento de la llaneridad, vista desde el ojo contemporáneo.
Este mural de los peces, llamado Un Regalo de Agua, busca hacerle frente al fenómeno del niño, contrastando la ciudad con una pecera rica, alegre, llena de muchos animales y mucha riqueza, llevándonos a reflexionar sobre cómo debemos cuidar las fuentes de agua de nuestro departamento y país.
Además de esto, la idea principal, según Héctor Ramírez, es darle un espacio a la gente joven que tiene inquietudes en el arte, ya que la ciudad no cuenta con muchos espacios como museos o galerías en los que ellos pueden recrearse. Por lo tanto, el colectivo sirve como herramienta para que los jóvenes expresen y aprendan a desarrollar su vida artística.
Por otro lado, el colectivo también ha pensado llevar algunas de sus propuestas a Santa Marta o Ibagué, con la intención de resaltar la presencia de artistas llaneros en toda Colombia y hacer que Villavicencio tenga un reconocimiento artístico a nivel nacional.
Manolo Torres.
Soy comunicador social, aunque podría ser un desahuciado periodista. La vida me hizo escritor y yo hice de ella mi mayor géiser de inspiración. Actualmente, edito la página We Love Villavo y estoy próximo a publicar mi primera antología poética.
