Mario Córdoba: Un artista entre puentes y verdes llanos.
Muchos habitantes de Villavicencio se preguntarán, quién es el autor de algunos trazos que sobresalen debajo de los puentes de Postobón y de la Séptima Brigada. Si bien es cierto, que aquellos murales han nacido del colectivo de creativos nombrado “467” dirigido por el maestro Héctor Ramírez, fue el trabajo del artista Mario Córdoba el que destacó por su técnica y colores atractivos.
No hay una edad específica en la que Mario haya decidido comenzar a pintar. Su camino artístico se fue forjando gracias a las vivencias diarias que tuvo en su infancia. Cuenta con emoción, que en algún momento de su época escolar, un profesor de arte lo motivo a emprender este camino, luego de que este realizará un peculiar dibujo en el tablero de la clase.
Y aunque nunca ha contado con una educación formal, sus trabajos denotan un conocimiento agudo por las bellas artes y por lo que estás representan para el ser humano. Se considera un auto-didacta, que se nutre de todo lo que ocurre a su alrededor, desde las personas que transitan en las aceras hasta las imágenes sorpresivas que nos da la vida.
fotografía: Juan Morillo
Sus padres fueron también una fuente de apoyo e iniciativa. Pues, nunca cohibieron sus ideas o juzgaron las decisiones que él tomaba, al contrario, siempre permitieron que expresará sus dotes y que escogiera libremente su destino.
Aun así, Mario considera que su rumbo no está definido todavía. A pesar de que su pincel se centra en el realismo y además saltan algunas influencias del hiperrealismo, él prefiere caminar por diversas expresiones artísticas. Por eso, deambula entre oleos y esculturas hechas en fibra de vidrio, experimenta con diferentes técnicas de dibujo para buscar algo que marque su estilo y haga brotar su esencia.
Esto último, lo hace con el fin de lograr un ejercicio conceptual entre el espectador y el objeto artístico. Por ejemplo, en su obra “Esperando un antídoto vencido”, la cual estuvo en el Salón de Arte Joven expuesto en La Vorágine, representaba a un humano fragmentando por varios estados de inconsciencia del ser, como lo son el ego o la ira, y los asimilaba como una enfermedad que es creada por la misma sociedad.
Esperando un antídoto vencido
Además de esta obra, el Salón de Arte también contó con otra llamada “Espejo”. Esta pieza estuvo exhibida, con ayuda del Departamento del Meta, en una galería itinerante en Orlando, Estados Unidos, y consistía en confrontar al espectador consigo mismo.
Espejo
Mario juega con este tipo de conceptos para reafirmar su objetivo como artista y explorar varios contrastes que se encuentran en la mente humana. Ha pintado diferentes murales en municipios como Acacias, Granada y Respeto, y ha dictado talleres a nivel departamental a niños de áreas rurales hace más de cuatro años. También ha hecho trabajos en la ciudad de Bogotá, sin embargo desea salir del país para dejar trozos de sus tintas en los muros del mundo.
En el momento, es representante del concejo cultural de Acacias y está trabajando en una muestra de fotografías conceptuales. Dice que no tiene una visión predeterminada para su futuro, sino que, sigue caminando a través de los movimientos culturales para lograr lo que realmente quiere, expresar su vida a través de la pureza misma del arte.
fotografía: Juan Morillo
Mario Cordoba contacto: https://www.facebook.com/artemario.cordoba
fotografía: Juan Morillo
Manolo Torres.
Soy comunicador social, aunque podría ser un desahuciado periodista. La vida me hizo escritor y yo hice de ella mi mayor géiser de inspiración. Actualmente, edito la página We Love Villavo y estoy próximo a publicar mi primera antología poética.